Pertenecer a una escuela iniciática es un gran desafío, pero puede representar para nosotros una experiencia absolutamente gratificante, si sentimos en nuestro interior el deseo real de realizarnos espiritualmente. Quizá te preguntes, ¿esto es para mí? ¿cómo puedo hacerlo? El recorrido en la búsqueda de las verdades del Universo es distinto para todos, no sólo en tiempo sino también en espacio.
El proceso iniciático nos ofrece una certidumbre del mundo físico que es ignorada hasta el instante en la cual es vivida. Sabemos que puede parecer increíble cuando nos dejamos llevar únicamente por nuestro razonamiento lógico, pero sólo los que transitan este camino pueden testificarlo. Por ejemplo, sentirás una fraternidad especial y te conmoverá entender que solos podemos hacer mucho, pero estando juntos, como hermanos, podemos alcanzar lo inimaginable incluso en las circunstancias más difíciles. Asimismo, tendrás la firme convicción de que el amor sincero y genuino por tu pareja y tus semejantes, debe cultivarse con esfuerzo, dedicación y sin atajos. De igual forma, despertará en tí la necesidad de estudio y trabajo para el cultivamiento constante de tu virtud frente a la cotidianidad no sólo con tus familiares,vecinos y amigos, sino también con los hambrientos, los necesitados y los desposeídos.
Si bien el camino iniciático puede recorrerse de forma individual, existen también escuelas de misterios que con ayuda de la fraternidad que reside en ellas y herramientas propias de la escuela, nos guían a transitar dicho camino. Una verdadera escuela iniciática tiene la capacidad de dar a entender el poder de los símbolos y rituales en este mundo manifestado. Partiendo siempre de la creencia en un Ser Superior al hombre como especie, dicha escuela es capaz de enseñar al iniciado a reconocer a través del estudio continuo que, en este mundo existen elementos que guardan verdades de orden superior.
De esa manera, se puede decir que estudiando una a una las características conocidas de un elemento dado, expandiéndolas, se puede crear una idea universal sintetizada de ese mismo elemento. Eso es lo que se logra con el estudio a través de símbolos y rituales. Llegará un momento en el camino iniciático y aplicando las leyes que correspondan, en el cual el conocimiento se volverá directo. Durante estos primeros estadíos en una organización con estas características se logra entender la gran utilidad de ese dicho, donde se habla que “cuando tocas fondo, lo único que se puede hacer es subir”. Pues, imagina que lo aplicas voluntariamente y con humildad recorres el camino a ese fondo, reflexionas y corriges todo cuanto tu conciencia te pide y cuando subas te habrás convertido en una versión elevada de tí mismo, más sensible, capaz de ver realidades que antes desconocías y con la capacidad suficiente no sólo de recibir, sino de otorgar.
En ésto se basa el proceso de “volver al principio”, al inicio de cuando fuimos creados. Un camino de regreso diseñado por este Ser Superior para que sintamos el amor y la bondad que Él siente por nosotros. Hoy. Aquí.